La goleada del FC Barcelona en el Camp Nou al Zaragoza cierra muchas bocas. La derrota ante el Rubin fue como un mal sueño. El equipo de Pep Guardiola ha resurgido de su traspié con una fuerza hercúlea. El 6-1 en su campo refuerza la teoría que todos incluso los grandes tienen un mal día, pero esta marcador se lleva por delante la última jornada de Champions. El Barça hizo lo mejor que sabe hacer: JUGAR AL FÚTBOL. Esta batalla tuvo nombres propios: Keita y su “hat trick”, Ibrahimovic y sus dos goles y Messi. Parece que Leo también deja a un lado su turbulenta estancia con su selección y da lo mejor de él mismo.
No se podía cerrar los ojos ni un instante por miedo a perderse a este ejército imparable. No tenían que demostrar nada, pero más de uno se lo pensará dos veces antes de hablar. Estos tres puntos refuerzan la moral azulgrana. Los cules vibraban orgullosos en sus asientos viendo como el Barça que la temporada pasada se alzaba con tres copas volvía de nuevo.
Esta jornada coloca a Ibrahimovic como pichichi demostrando así que no sólo Cristiano Ronaldo vale sus millones, sino que los fichajes del Barcelona están más rentabilizados. La plantilla de Guardiola se hace fuerte y persevera ante las dificultades y rumores. Guardiola permite un fallo, dos no.
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